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El progresismo woke, la nueva secta impulsada por la izquierda progre.

Por Carlos Leal (exDiputado de Nuevo León)

En un país laico como México, podríamos pensar que la imposición de creencias sería cosa del pasado. Pero la realidad es que estamos ante una nueva secta política disfrazada de “progreso”, que se impone desde el poder y se llama progresismo woke. Aunque no tiene templos ni santos, sí tiene dogmas incuestionables, profetas ideológicos y castigos sociales para quienes se atreven a pensar distinto.

Este nuevo culto no se basa en la razón ni en el debate libre de ideas, sino en emociones elevadas al rango de verdad absoluta. Se nos obliga a creer que el sexo biológico es irrelevante, que la identidad puede cambiar cada día, que la maternidad es opresión, que la infancia debe ser adoctrinada en temas sexuales, y que toda discrepancia es un acto de odio. Es una ideología que exige fe ciega, no reflexión crítica.

Lo más preocupante es que esta nueva secta está siendo impulsada desde el poder público. Gobiernos progresistas, incluido el de Nuevo León, han adoptado como política oficial esta agenda ideológica. Se diseñan leyes, se modifican libros de texto y se etiquetan como “discurso de odio” las opiniones que simplemente no se alinean al dogma. No es pluralismo: es imposición cultural con respaldo institucional.

La libertad de expresión y la patria potestad están en riesgo. Se tacha de “retrógradas” o “conservadores radicales” a quienes defienden el derecho de los padres a decidir cómo educar a sus hijos, o a quienes sostienen verdades científicas básicas como que existen solo dos sexos. Se busca destruir la base moral y social de la ciudadanía, para reemplazarla con una visión única, autoritaria y emocionalmente manipuladora.

Este progresismo no permite neutralidad. Exige pronunciamientos constantes, lealtad ideológica y silencio ante sus contradicciones. Si eres funcionario, maestro, periodista o artista y te atreves a cuestionarlo, eres excomulgado del sistema cultural y político. Te cancelan, te investigan, te señalan. No quieren convencerte: quieren que te sometas.

Lo más paradójico es que quienes hablan de “diversidad” son los más intolerantes con la diversidad real de pensamiento. Su idea de tolerancia es que todos pensemos igual, y su versión de democracia es que todos voten a favor de su agenda. Esta secta estatalizada no busca diálogo, busca obediencia.

Hoy más que nunca necesitamos ciudadanos que defiendan sus convicciones sin miedo, que no se traguen el discurso emocional como si fuera verdad absoluta, y que comprendan que una sociedad libre solo existe cuando se puede disentir sin ser perseguido.

No dejemos que el gobierno nos imponga una nueva secta disfrazada de derechos. Porque eso no es libertad, es manipulación ideológica financiada con nuestros impuestos.

Publicado enOpinión

4 comentarios

  1. Margarita Félix Chico Margarita Félix Chico

    Cuidemos nuestros hijos de esta secta, sigamos enseñando los principios,valores, obediencia y temor a Dios,que siempre hay que tener todos los días comunicación, escucharlos, más que todo esto el amor de Dios .
    Dios bendiga nuestros niños en todo el mundo y los guarde de toda maldad.

  2. Ivonne Rojas Ivonne Rojas

    Excelente!!

    Creo que se equivoca de lugar. Necesita salir de Nuevo León y estar en otros estados. Los necesitamos.

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