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Etiqueta: pin parental

Aulas para educar, no para adoctrinar

Como padre, ciudadano y exdiputado de Nuevo León, sostengo algo elemental: la escuela pública debe enseñar, no imponer ideologías. La ciencia, la historia, las matemáticas y el civismo no necesitan filtros militantes. Sin embargo, la propuesta oficial de “Educación Integral en Sexualidad (EIS)” ya baja al aula primaria con un enfoque de “derechos sexuales y reproductivos”, “igualdad de género” y “respeto a la diversidad de orientaciones e identidades”, tomando como marco a la OMS y a la UNESCO. Esto no lo digo yo: lo establece el propio cuaderno de apoyo de la SEP para docentes de primaria, Fase 5. 

El documento reconoce explícitamente que niñas y niños deben “ejercer su sexualidad como derecho”, trabajar con “identidades de género y orientación”, y desarrollar actitudes “acordes con los derechos humanos” —todo en primaria—, además de tratar embarazo adolescente, ITS y “aborto” al hablar de riesgos y decisiones. Es un cambio sustantivo: la escuela deja de transmitir saberes comunes y asume una visión normativa de la sexualidad, donde el Estado orienta valores íntimos que pertenecen primero a la familia. 

A los padres de familia les pregunto con claridad:

—¿Están de acuerdo con que a sus hijos en primaria se les forme bajo un lenguaje identitario (orientaciones/identidades) más allá de la biología?

—¿Sabían que la EIS coloca el “ejercicio de la sexualidad” como derecho desde la escuela, desplazando el diálogo casa–familia?

—¿Conocen que el material pidió a docentes “abordar género y diversidad” como parte de la formación ordinaria, no optativa? 

Llamemos las cosas por su nombre: esto es adoctrinamiento cuando se presenta como única narrativa legítima. La educación sexual no es mala per se; lo objetable es que el Estado monopolice convicciones que corresponden a los padres por derecho natural y por mandato internacional (la familia como primera responsable de la educación moral de los hijos). El pluralismo no se impone: se garantiza permitiendo que cada familia decida cómo y cuándo aborda estos temas sensibles.

Mi postura es inequívoca: estoy totalmente en contra de que el gobierno use la escuela para normalizar ideologías de género o banalizar el aborto desde el aula.

Y voy a trabajar para erradicar esa intromisión con reformas claras:

  1. Notificación previa y consentimiento informado: que toda actividad o contenido sensible (sexualidad, identidad, ideología) se comunique por escrito y con anticipación a los padres.
  2. PIN Parental: derecho expreso a optar por alternativas pedagógicas sin penalización académica.
  3. Neutralidad ideológica: prohibición de imponer marcos doctrinales no científicos como “verdad oficial”; la escuela informa, la familia forma.
  4. Transparencia curricular: publicación íntegra de materiales, rúbricas y enfoques para escrutinio ciudadano.
  5. Mecanismos de queja y sanción: cuando se oculte información, se presione a menores o se vulnere la objeción de conciencia familiar.

No se trata de “prohibir hablar de sexualidad”; se trata de devolver a los padres su derecho prioritario y de reinstalar la neutralidad del aula. La escuela puede —y debe— acompañar, no sustituir. La salud, la prevención del abuso y el respeto a la dignidad son objetivos comunes; lo que no es común —ni tarea del gobierno— es dictar una cosmovisión sobre identidad y moral sexual a espaldas de los papás.

Padres de Nuevo León y de todo México: ¿están de acuerdo con estos planes de estudio? ¿Los conocían? Si la respuesta es no, es hora de actuar: infórmense, pidan los materiales, exijan notificación previa y acompañen a sus hijos. En lo que a mí corresponde, persistiré en impulsar reformas para que este derecho quede plasmado en la ley y para que ninguna autoridad vuelva a tratar a la familia como un obstáculo.

Primero los padres. Primero la verdad. Primero la libertad. 

Referencia

https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2024/10/Educacion-Integral-en-Sexualidad.pdf

El derecho de educar: los padres primero, no el Estado

Uno de los pilares fundamentales de toda sociedad libre es el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus principios, creencias y valores. Ese derecho no es una concesión del Estado, es un derecho natural, anterior a cualquier Constitución o ley. Está reconocido en tratados internacionales, en la propia Carta Magna, y forma parte de nuestra identidad cultural como mexicanos y, particularmente, como nuevoleoneses.

Sin embargo, hoy ese derecho está siendo agresivamente coartado por un gobierno de izquierda que pretende sustituir a las familias como formadoras de conciencia, para imponer desde las aulas un paquete ideológico que nada tiene que ver con la educación, y mucho con el adoctrinamiento.

Estamos hablando de la imposición de visiones socialistas, comunistas, feministas radicales y de ideología de género que han sido disfrazadas como “educación inclusiva”, “perspectiva de género” o “nuevos modelos pedagógicos”. En realidad, estos enfoques promueven valores que contradicen profundamente las convicciones de millones de familias mexicanas, especialmente en Nuevo León, donde la mayoría de los ciudadanos creemos en la familia natural, la dignidad humana, la libertad religiosa y la responsabilidad individual.

Nos dicen que esto es por el bien de los niños, que es para crear una sociedad más justa y libre. Pero ¿qué libertad hay cuando se le niega a los padres la posibilidad de opinar sobre lo que sus hijos aprenden sobre sexualidad, ideología, religión o valores? ¿Qué justicia hay cuando se callan las voces disidentes y se acusa de “retrógrada” o “intolerante” a quien simplemente pide respeto por sus creencias?

Hoy, desde el poder federal, se están promoviendo libros de texto cargados de ideología política e incluso contenido sexual inapropiado, sin consultar a los padres, sin transparencia y sin rendición de cuentas. Se están implementando programas de “educación emocional” o “identidad de género” que buscan desdibujar el rol del padre y la madre, promover confusión en la infancia y normalizar valores ajenos a nuestra cultura.

Esto no es progreso, es ingeniería social desde el Estado. Y lo más grave es que se hace en nombre de la “igualdad” y los “derechos”, cuando en realidad lo que se está haciendo es quitarle a los padres el control legítimo sobre la formación de sus propios hijos.

Como exdiputado, conservador y padre de familia, defiendo con toda claridad el derecho primario de los padres a decidir cómo y con qué valores educan a sus hijos. El Estado está para apoyar, no para sustituir. La escuela debe enseñar ciencias, matemáticas, historia y civismo, no ideologías que dividen y confunden.

Las familias de Nuevo León tenemos una profunda raíz de valores: creemos en el trabajo, la libertad, la fe, la vida y la responsabilidad. No vamos a permitir que desde un escritorio en la Ciudad de México se nos diga cómo criar a nuestros hijos. No vamos a quedarnos callados mientras se suplanta nuestra autoridad con decretos ideológicos.

Hoy más que nunca, es momento de levantar la voz, de organizarnos, de exigir a nuestros legisladores y gobiernos locales que protejan la soberanía de las familias y rechacen la imposición ideológica en las aulas. No estamos en contra de la educación, estamos en contra del adoctrinamiento. Queremos escuelas, no centros de propaganda.

La educación comienza en casa. Y nadie, absolutamente nadie, tiene más derecho sobre un hijo que sus propios padres. Esa es la base de una sociedad libre. Y esa libertad no se negocia.

Por Carlos Leal, exdiputado local de Nuevo León

PIN Parental

PIN Parental y libertad de educación

Ante el evidente adoctrinamiento en ideología de género que sufren nuestros menores en los centros educativos, en contra de la voluntad y contra los principios morales de los padres, a través de contenidos curriculares en asignaturas, actividades tutoriales, talleres y clases sobre ideología de género, así como una educación afectivo sexual que incumple los derechos que les asisten a estos como padres; en PES Nuevo Léon, por tal motivo, hemos diseñado una campaña para promocionar, divulgar y poner en las manos de los padres el PIN PARENTAL.

El PIN PARENTAL es una solicitud que va dirigida a los directores de las escuelas publicas y privadas en donde estudian nuestros hijos, con esto solicitamos a la dirección escolar que nos informe previamente, a través de una AUTORIZACIÓN EXPRESA sobre cualquier materia, charla, taller o actividad que afecte a cuestiones morales socialmente controvertidas o sobre la sexualidad, que puedan resultar intrusivos para la conciencia y la intimidad de nuestros hijos, de tal modo que todo padre o madre pueda conocerlas y analizarlas de antemano, reflexionar sobre ellas y en base a ello dar mi consentimiento o no, para que nuestro hijo asista a dicha formación.

Así mismo solicitaremos en tal escrito que la información que nos facilite el centro, refleje una breve programación con la descripción de la actividad, sus contenidos objetivos, materiales, fecha, duración, nombre y titulación de la persona que lo imparte y entidad responsable de su organización o dirección. De no contar con dicha información previa y sin esta autorización firmada previamente a su impartición, le solicitaremos al director de la escuela, que exima la asistencia nuestro hijo a dicha actividad, facilitándole la posibilidad de realizar una tarea alternativa durante la impartición de la citada actividad.


Marco Legal

Declaración Universal de Derechos Humanos

Artículo 26.
I. …
II. …
III. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos:
I. Ser responsables de que sus hijas, hijos o pupilos menores de dieciocho años concurran a las escuelas, para recibir la educación obligatoria y, en su caso, reciban la militar, en los términos que establezca la ley, así como participar en su proceso educativo, al revisar su progreso y desempeño, velando siempre por su bienestar y desarrollo;

Ley General de Educación

Artículo 3. El Estado fomentará la participación activa de los educandos, madres y padres de familia o tutores, maestras y maestros, así como de los distintos actores involucrados en el proceso educativo y, en general, de todo el Sistema Educativo Nacional, para asegurar que éste extienda sus beneficios a todos los sectores sociales y regiones del país, a fin de contribuir al desarrollo económico, social y cultural de sus habitantes.

Artículo 72. Los educandos son los sujetos más valiosos de la educación con pleno derecho a desarrollar todas sus potencialidades de forma activa, transformadora y autónoma. Como parte del proceso educativo, los educandos tendrán derecho a:

  1. Ser respetados por su libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión;

Artículo 78. Las madres y padres de familia o tutores serán corresponsables en el proceso educativo de sus hijas, hijos o pupilos menores de dieciocho años para lo cual, además de cumplir con su obligación de hacerlos asistir a los servicios educativos, apoyarán su aprendizaje, y revisarán su progreso, desempeño y conducta, velando siempre por su bienestar y desarrollo.

Artículo 129. Son obligaciones de quienes ejercen la patria potestad o la tutela: I. Hacer que sus hijas, hijos o pupilos menores de dieciocho años, reciban la educación preescolar, la primaria, la secundaria, la media superior y, en su caso, la inicial; II. Participar en el proceso educativo de sus hijas, hijos o pupilos menores de dieciocho años, al revisar su progreso, desempeño y conducta, velando siempre por su bienestar y desarrollo;